El Futuro del Dinero

Muchas gracias, Marco Herrera, director ejecutivo de FUNGLODE, por sus amables palabras de presentación.
Buenos días, Good morning. Hope every body slept well.
Nos permitimos extender un cálido saludo de afectos y distinción al Dr. Leonardo Matos, vicepresidente de administración de Central Romana Corporation; a los honorables miembros del Senado de la República y de la Cámara de Diputados; a representantes de partidos políticos; a los honorables miembros del cuerpo diplomático y consular; a los distinguidos empresarios; al Honorable señor Alcalde de la ciudad de Miami, Florida, Francis Xavier Suárez, quien está con nosotros de manera de virtual; a la Honorable Directora de Mercados Financieros Internacionales del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, Julia Smearman; a mi amigo, my good friend, Jim Reynolds, who has come all the way from Chicago to be with us here today, thank you, Jim.
De igual manera, un saludo afectuoso a todos los expositores, panelistas y público en general que nos acompaña en esta nueva edición del Foro Global @ Casa de Campo, para abordar el fascinante, pero también desafiante tema acerca del Futuro del Dinero. Señoras y señores, amigos todos.
El dinero, como se sabe, no siempre ha existido como lo conocemos hoy. Es el resultado de una larga evolución en el tiempo. Se estima que entre 15 mil y 9 mil años a. C., se empleaban granos de trigo y de cebada, piedras y ganado, como trueque o medio de intercambio de mercancías.
Hubo de transcurrir cerca de 12 mil años después del trueque, para que en la Mesopotamia, 2 mil 500 años a. C., se emplearan metales preciosos, como el oro, la plata, el bronce y el cobre, para comprar, vender o intercambiar bienes y servicios.
Luego del uso de los metales preciosos como medio de canje, transcurrieron, a su vez, cerca de 2 mil años más para que se produjera el nacimiento de las monedas. En efecto, fue alrededor del año 600 a. C., que se acuñaron las primeras monedas en lugares tan distintos como Turquía, China y la India.
Para que el papel moneda apareciera y fuera aceptado, la humanidad tuvo que hacer otra larga espera, hasta el Siglo VII de la Era Cristiana, esto es, más de 1mil 300 años, cuando en China surgió esa nueva forma de intermediación financiera.
Su uso oficial, sin embargo, tuvo que esperar 400 años más. ¿La razón? Porque los usuarios no podían comprender cómo un simple pedazo de papel podía tener el mismo valor que un lingote de oro.
En España, no fue sino hacia finales del Siglo XVIII, es decir, casi 300 años después del Descubrimiento y la Conquista de América, durante el reinado de Carlos III, que logró popularizarse el uso del papel moneda en el territorio de la península.
Parece increíble, pero así fue. Tomó miles de años para que la humanidad se adaptase al uso del dinero como medio para la realización de transacciones. Luego surgieron otras modalidades de dinero, como el cheque, la nota promisoria, el pagaré, las acciones, los bonos; y más recientemente, la tarjeta de crédito y el pago electrónico.
Ahora, lo que está en debate es si nos aproximamos al fin del dinero, tal como lo conocemos. Ya, en países como Suecia y China, el uso del efectivo físico está en declive. Cada vez se utiliza el iPhone con más frecuencia para hacer pagos electrónicos y el uso del dinero convencional se ha ido convirtiendo en algo anticuado o anacrónico.
Así pues, todo parece indicar que nos encontramos en los albores de una nueva revolución financiera en la que la naturaleza del dinero tiende a transformarse.
De hecho, desde el 2009, en el contexto de la crisis financiera global, surgió una nueva modalidad de activos financieros, cuyo uso se ha ido extendiendo a nivel internacional. Se trata de las criptomonedas o monedas digitales, de las cuales se estima hay miles, entre las cuales se destacan Bitcoin, Ethereum, Dogecoin y Tether.
En la creación de Bitcoin se encuentra Satoshi Nakamoto, una figura misteriosa, que solo se comunica a través del correo electrónico y cuya identidad nunca ha podido ser revelada o verificada.
Nadie jamás le ha visto. Tampoco existen fotos, y algunos consideran que ni siquiera se trata de una persona real, sino de un seudónimo del creador o creadores del Bitcoin que han deseado permanecer bajo anonimato.
En el 2008 publicó un informe, titulado: Bitcoin: Un Sistema de Pago Electrónico de una Persona a Otra, es decir, Bitcoin: A Peer to Peer Electronic Cash System.
Por eso se sabe que diseñó el protocolo de Bitcoin y su software de referencia. Dos años después, en 2010, envió su último mensaje de correo a otro desarrollador de cripto, indicando que se movía hacia otros ámbitos.
Lo dijo así: “I have moved on to other things.” Nunca más se ha vuelto a saber de él.
Las criptomonedas han pasado de ser una curiosidad y un enigma, para transformarse, en la actualidad, en una reconocida fuerza en los ámbitos de las finanzas, el comercio y la tecnología.
Todos podemos identificar lo que es un dólar norteamericano o un peso dominicano, y sabemos lo que es un chele o un centavo. Lo que no nos resulta claro es cómo se ve una criptomoneda.
Una criptomoneda es un código de fuente abierto de computadora, generado por un software, que permite a los usuarios almacenar y enviar valores en línea. Se ejecuta a través una extensa red de computadoras privadas en todo el mundo. El código verifica y agrupa las transacciones en un registro conocido como Blockchain. Es un archivo grande que contiene todas las transacciones que se han realizado.
El valor de las criptomonedas generalmente se determina en relación con el dólar norteamericano. Ese valor puede variar enormemente. Ha estado tan bajo como la décima de un centavo de dólar por Bitcoin cuando inició, y tan alto como 60 mil dólares en su momento pico.
A pesar de su volatilidad, una variedad de sectores participa diariamente en ese tipo de mercado digital, desde importantes instituciones financieras, como bancos comerciales y de inversiones, gerentes de activos, bolsas de valores, hedgefunds, hasta plataformas electrónicas de intercambios y especuladores individuales.
La industria de las criptomonedas está en auge, creando y destruyendo, al mismo tiempo, grandes cantidades de riquezas. Millares de proyectos se diseñan y ejecutan cada día. Ha elaborado su propio lenguaje, su propia semántica, lo que puede resultar confuso e incomprensible para los que no participan de la dinámica de sus operaciones.
Por consiguiente, surgen preguntas inevitables: ¿Qué es un ecosistema criptográfico? ¿Qué es una cadena de bloques o blockchain? ¿Qué es un activo digital? ¿Qué es una moneda estable o stablecoin? ¿Qué es Coinbase? ¿Qué son protocolos comerciales DeFi? ¿Qué son las aplicaciones web3?
Las criptomonedas tienen capacidad para crear disrupción en el sistema financiero global. Se calculan como inversiones y se utilizan para adquirir de todo en el mercado: desde alimentos, inmuebles, servicios y envío de remesas. Se transfieren de forma rápida y anónima, incluso más allá de las fronteras nacionales, sin que un banco pueda intervenir para bloquear la transacción o cobrar un cargo.
En la actualidad, el mercado de las criptomonedas está valorado en alrededor de 1.75 trillones de dólares, lo que significa que si fuese un país, sería, después de Brasil, la economía más importante de América Latina.
En los Estados Unidos, el 20% de sus ciudadanos y el 36% de las nuevas generaciones, es decir, de los millennials, poseen criptomonedas.
Sin embargo, se trata de un fenómeno que genera grandes controversias. Por un lado, se encuentran los cripto-optimistas y por el otro, los cripto-escépticos.
Los primeros, es decir, los cripto-optimistas, son aquellos que asumen el debate desde un punto de vista ideológico y político y por el otro, los cripto-escépticos.
Los primeros están persuadidos de la idea de que se puede acumular grandes riquezas en un tiempo relativamente corto. Observan como real y efectivamente han surgido cripto-millonarios y hasta cripto-billonarios. Por lo tanto, hay una sensación de que es una nueva forma de ganar dinero, solo aprendiendo a jugar conforme a las nuevas tecnologías y a las reglas del mercado.
Además, los cripto-optimistas, asumen el debate desde le punto de vista ideológico y político. Pertenecen al movimiento libertario (libertarians, en inglés), los cuales consideran como un acto supremo de libertad el disponer de un sistema monetario descentralizado y privado, independiente de los gobiernos, especialmente de los bancos centrales y de los intermediarios financieros.
Por otro lado, como hemos dicho, se encuentran los cripto-escépticos, que son aquellos que se caracterizan por su falta de fe y de confianza en el mercado de las monedas virtuales.
Estiman que las criptomonedas se prestan para la realización de actividades ilícitas, como el lavado de activos, el hackeo a las cuentas, y el ransomware mediante los cuales apagan las redes informáticas para luego exigir un pago, generalmente, en criptomonedas.
Además, la compra de bienes y servicios prohibidos, el fomento al terrorismo, y la construcción de esquemas tipo Ponzi. En fin, que las criptomonedas constituyen un engaño o una estafa, por lo que están condenadas al fracaso.
Los críticos también han considerado que la minería de criptomonedas causa daños al medio ambiente; y esto así, debido a que la red es altamente intensiva en energía, hasta el punto de consumir más electricidad que muchos países.
En febrero del 2021, Elon Musk, el hombre más rico del planeta, manifestó que el Bitcoin tendría una amplia aceptación en las finanzas. De manera textual, dijo: “creo que Bitcoin es algo bueno y soy partidario de Bitcoin”.
En adición, Musk añadió un hashtag #Bitcoin a su biografía de Twitter, con lo cual ayudó a incrementar el precio de la moneda digital en cerca de un 20%.
Ha tuiteado sobre la criptomoneda Dogecoin basada en memes y en el 2019 indicó que era su criptomoneda favorita.
Tesla, su gran empresa de fabricación de vehículos eléctricos, invirtió 1,500 millones de dólares en Bitcoin, y comenzó a aceptar la criptomoneda como forma de pago.
No obstante, hace pocos días, el pasado 21 de julio, Tesla procedió a revertir su anterior operación. Ahora ha retirado del mercado el 75% de sus inversiones en Bitcoin, que llegaron a ser, en total, de 2 mil millones de dólares.
Todo eso revela que el hombre más rico del planeta ha pasado de ser cripto-optimista a ser cripto-escéptico, con lo cual le añade mayor confusión e incertidumbre a la comprensión general del público acerca de la eficacia en el funcionamiento y real capacidad de generación de riquezas de los mercados de criptomonedas.
Ese retiro abrupto del mercado por parte de Tesla y de Elon Musk, tiene lugar en un momento en que la criptomoneda se ha desplomado, cayendo a cerca de un 50% de su valor de mercado.
Al referirse sobre el tema, Bill Gates, el magnate tecnológico fundador de Microsoft, manifestó que no era un fanático de las criptomonedas y de que el funcionamiento de ese mercado de monedas virtuales se fundamenta 100% en una gran teoría de tontos.
En concreto, lo expresó de esta manera: ““100% based on greater fool theory,”
Sostuvo la idea de que activos sobrevaluados subirán de precio cuando haya suficientes inversionistas dispuestos a pagar más por los mismos.
A decir verdad, sin embargo, sobre ese ecosistema de las criptomonedas, el universo de Wall Street se encuentra dividido.
Por un lado, Jamie Dimon, el presidente y CEO de JP Morgan Chase, el más importante banco de inversiones en el mundo había afirmado en el 2017 que el Bitcoin constituye un fraude. Más adelante, sostuvo que el único valor del Bitcoin es el que cada quien está dispuesto a pagar por él.
A eso, añadió: “Si usted es suficientemente estúpido como para comprarlo, algún día pagará el precio. Es peor que los bulbos de tulipanes y no terminará bien”, dijo, refiriéndose a la clásica burbuja de activos del Siglo XVII.
Goldman Sachs, el otro gigante financiero, ha tenido una actitud distinta frente a la moneda digital, ya que está explorando una nueva plataforma de negociación que se centrará en Bitcoin y Ethereum. Será dirigida por su presidente ejecutivo Lloyd Blankfein.
Realizó recientemente la primera operación de préstamo de dinero fiat, en la banca norteamericana, garantizada por el deudor con moneda virtual de Bitcoin. De igual manera, hizo su primera operación desregulada (over the counter) de venta de contrato a futuro de opciones con la empresa Digital Galaxy.
Se trata de una acción orientada al desarrollo de los criptomercados para inversionistas institucionales, es decir, bancos de inversiones, fondos de pensiones y fondos soberanos de riquezas (sovereign wealth funds), con lo cual Goldman Sachs está tomando mayores riesgos, al participar como actor principal en las transacciones.
En igual dirección se dirige Morgan Stanley, otro de los grandes de las finanzas internacionales, ya que su CEO, James Morgan, dijo que vio a Bitcoin como “ciertamente algo más que una simple moda”.
Entre los países también hay actitudes divergentes respecto a auspiciar o frustrar el establecimiento de los criptomercados. El Salvador adoptó el Bitcoin como moneda de curso legal en julio del 2021; su presidente Nayib Bukele anunció el desarrollo de una Ciudad Bitcoin, en la base de un volcán en el Golfo de Fonseca, una idea considerada por algunos tan peligrosa como interesante.
De conformidad con un reciente reportaje del New York Times, casi un año después de que el presidente Bukele “conmocionara al mundo financiero al convertir su moneda digital más popular en una moneda nacional, su apuesta parece estar fracasando, destacando la brecha entre las promesas utópicas de los defensores de las criptomonedas y las realidades económicas.”
Más adelante, agrega: “Las tenencias de bitcoin del gobierno han perdido alrededor del 60 por ciento de su valor supuesto durante la reciente caída del mercado. El uso de bitcoin entre los salvadoreños se ha derrumbado y el país se está quedando sin efectivo después de que el presidente Bukele no logró recaudar fondos frescos de los inversores en criptomonedas.”
El caso de la República Popular China llama la atención. En principio, la segunda economía del mundo se había constituido en un país líder en la minería de criptomonedas. Luego, prohibió a sus instituciones financieras realizar cualquier tipo de transacción con criptomonedas. Posteriormente, prohibió toda la minería cripto, a nivel nacional, para finalmente declarar ilegal el mercado de las criptomonedas.
Además de China, ocho países más han prohibido el uso de las criptomonedas. Entre estos se distinguen Egipto, Iraq, Qatar, Omán, Marruecos, Túnez y Bangladesh. Otros 42, que incluye a Argelia, Bahamas y Bolivia, implícitamente han prohibido las monedas digitales al establecer restricciones a los bancos para realizar transacciones.
Como reacción a la independencia, privatización y descentralización de los mercados de criptomonedas, así como debido a los riesgos que representan al sistema financiero tradicional, han surgido, por un lado, tendencias hacia su regulación; y por el otro, hacia la creación de monedas digitales nacionales por parte de los bancos centrales.
Con respecto a las regulaciones, son diversas las que se llevan a cabo, a nivel internacional, en estos momentos. Todo parece indicar que será un proceso largo, en el cual habrá de crearse una especie de gobernanza global de las criptomonedas.
Ante el desafío que representa para los Estados la creación de sistemas monetarios descentralizados e independientes, una oleada orientada hacia la creación de monedas digitales de bancos centrales o CBDC, ha estado en auge.
De esa manera, por ejemplo, se habla de un yuan digital por parte de China; y se discute en el Departamento del Tesoro, en el Congreso y en la Reserva Federal de los Estados Unidos, a través del Proyecto Hamilton, la posibilidad de creación de un dólar digital.
El anuncio hecho por Facebook, en el 2019, de que lanzaría su propia moneda digital, Libra, la cual podría alcanzar a sus 2 mil millones de usuarios, provocó una reacción por parte de autoridades norteamericanas, al considerar que podría debilitar el papel del dólar estadounidense como moneda de reserva internacional; y por consiguiente, de referencia para todas las transacciones internacionales.
Se discute también la posibilidad de creación de un euro digital, como moneda de los 27 países integrantes de la Unión Europea; y tal vez, en algún momento, se pueda iniciar un diálogo sobre el peso digital dominicano.
Independientemente de las voces en conflicto que se han levantado en torno a la pertinencia, eficacia y transparencia de los criptomercados, lo cierto es que Bitcoin cautivó la imaginación colectiva con el surgimiento de nuevas modalidades de creación de dinero.
A pesar de lo impredecible de su futuro, ya ha dejado un importante legado: la tecnología de blockchain, que junto a las FinTech están contribuyendo a impulsar la actual revolución financiera global.
El dinero está inmerso en una evolución constante. Nos dirigimos hacia el futuro del dinero, al igual que a profundas transformaciones en el marco de la arquitectura financiera internacional.
Durante el día de hoy, en tres distintos paneles, estaremos reflexionando acerca del actual proceso de disrupción del sector financiero; de la próxima generación de la banca y de la potencial creación de activos digitales en la República Dominicana.
Esperamos que sea un evento que sirva de referencia para continuar una reflexión sobre un tema que impacta a los individuos, las empresas, los bancos y demás entidades financieras, los gobiernos, y a la sociedad en su conjunto.
I express my gratitude to all the participants who have kindly accepted our invitation to participate in this Global Forum @ Casa de Campo. I congratulate all of you in advance in what I know will be outstanding presentations; and I hope our discussion today contributes to a better understanding of the impact that the current transformations taking place in finance, banking, and money, are having on people’s daily lives on a global scale.
Thank you, muchas gracias.